Esta casa fue un reto. La casa se retomó y reformó después de 25 años. Se conservó el lindo techo de machimbre de maple, parte de los gabinetes de la cocina, y en el resto de la casa, se renovaron algunas piezas de mobiliario de gran valor sentimental. Se contaba con una buena iluminación natural, así que se agregaron lámparas para denotar las diferentes áreas.
Al ser un espacio que contiene en su gran totalidad materiales nobles, la AGATA fue nuestro tercer elemento que conceptualizó el proyecto. Nos inclinamos al color verde, porque quisimos romper la neutralidad que conjuntaban los demás materiales e inyectar mas vida con el papel tapiz de malachite, la silla tapizada en verde esmeralda del recibidor, y el azulejo hecho a mano de la cocina. Haciendo con estos detalles un espacio acogedor, iluminado y equilibrado, donde evocamos a la naturaleza en cada rincón. Al final el resultado fue encantador para nuestra cliente.
Arte por: Martista Studio, Susana Ortiz, y Drew Ramírez
Fotografía por: Karla Ruiz
